Estoy firmemente convencida de que la lactancia materna es lo mejor para nuestros hijos. Creo que todo el mundo debería saber de sus ventajas, y si así lo desea, recibir todo el apoyo necesario para llevarla a cabo hasta que la madre y el pequeño quieran. Pero en lo que no creo es en las imposiciones, nunca jamás diré una sola palabra ni me atreveré a juzgar a aquellas madres que decidan dar biberones a sus pequeños, y me da igual la razón por la que lo hagan.
Pero lo que no concibo, es que solo por que una madre quiera seguir con la lactancia materna a su hijo (y me la sopla la edad de la niña), la separen de su hija. Pero lo que es ya sangrante, es que quien haya tomado esa decisión es el Instituto Madrileño del Menor y la Familia.
Y no lo entiendo, porque no es una decisión indefendible desde el punto de vista científico. Es mucho más sano una toma de leche materna que un vaso de leche de vaca, y esto vale también vale para una niña de quince meses. Evidentemente, la niña no se va a morir si no toma leche, pero si su madre puede y quiere dársela, ole por ella.
Por si acaso, quiero aclarar que mi hijo toma leche de vaca sin ningún problema. Yo no pude dar una lactancia materna prolongada (ya lo contare algún día), y desde que cumplió el año procuro que todos los días tome sus dos vasos de leche, o su equivalente en lácteos que es lo recomendado. Esto lo digo para los que opinan que son mejores las leches de soja y otros productos del estilo que la leche de vaca … afirmación con la que no estoy de acuerdo, y que no amplio porque es un tema para otro post.
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