martes, 25 de octubre de 2011

Habemus peluqueria

Mi hijo mayor siempre le había tenido miedo a cortarse el pelo. Deje de ir a la peluquería porque no había forma de que usaran la tijera ... y le pasaban la máquina.y sinceramente, para eso se lo hacia yo en casa. Aun así, para cortarle el pelo mi marido le tenia que sujetar y yo pasarle la máquina, y el pobre se pasaba un buen rato llorando. Vamos, que cada vez que tocaba cortarle el pelo se montaba un drama.

El caso, es que un día paseando por un centro comercial vi una peluquería especializada en niños. Y ayer me anime a pedir hora y llevarle. Le dije que era una peluquería en la que si te portabas bien, al salir te daban un regalito. Cuando llegamos, la chica que le corto el pelo fue un amor, le sentó en una silla con forma de coche de bomberos, le puso una peli y por cada cosa que iba a hacer se lo contaba a mi niño. No dijo ni mu, se dejo cortar el pelo y quedo guapísimo (que va a decir su madre). Además, le regalaron una cámara de juguete. Encima cuando le pregunte si quería volver allí, me dijo que si.

Por fin podremos hacerle cortes decentes y sin riesgos de accidentes. Una vez se me fue la mano,  y le corte tanto el pelo que solo le faltaba el mono a rayas para parecer un presidiario. Porque por si queda alguna duda, la peluquería no es lo mio.

lunes, 24 de octubre de 2011

Comentarios sobre la lactancia

Como ya he dicho hasta ahora no he tenido ningún tipo de problema con los comentarios. Tanto la familia como los amigos, lo que han intentado es facilitármelo.Pero si que me he encontrado un par de comentarios que como poco me han chocado ...

  -- Una abuelita, ambas estábamos esperando para recoger del cole a los peques. Muy maja, me pregunta algo así como "si le crió" (o algo así). Al principio me quedo en blanco, hasta que se me enciende la bombilla y pienso "se referirá a que si le doy pecho". Le contesto que si, que el niño solo va a pecho. La contestación es, "como admiro, menudo sacrificio hacéis por los pequeños". Le conteste, que al mayor lo había criado a biberón y lactancia mixta al principio, y que para mi era muchisimo más sencillo la lactancia exclusiva. Me miro con cara rara, como si fuera un extraterrestre. Vale que no he tenido con mi peque ni un solo problema, ni una mastitis (cruzo los dedos), apenas alguna pequeña grieta al principio ... pero es cierto, para mi es mucho mas sencillo. Con el mayor los primeros dos meses y poco tenia que andar con bibes, sacaleches y todo ... Ahora no tengo que acordarme de llevar la leche, ni biberones, ni de preocuparme donde calentar el bibe si estoy fuera ... Es una gozada.

 -- Un domingo quedamos a comer con unos amigos, y me puse a darle el pecho ... el peque tomo su ración y se quedo dormido .... A las dos horitas estaba un tanto nerviosillo, y no tenia hambre, pero le puse al pecho. Dio un par de chupetadas y se volvió a quedar dormido. Evidentemente me uso de chupete (que no tiene, no porque no haya intentado dárselo, sino porque no lo quiere). Una amiga me dijo, "buff, como sigas así te vas a arrepentir, yo le daba cada tres horas, y si pedía antes le entretenía hasta que llegaba la hora" ... También me puso cara rara cuando comente que si la opción era no poder estar sentada, mientras el peque se desgañitaba y lo pasábamos mal ambos, pues prefería darle el pecho. Me puso cara de ya te arrepentirás .... Tampoco quise comentar el tema, pero vamos, yo pienso seguir igual, y en el futuro si ella tiene razón .... pues que me quiten lo bailado.

lunes, 17 de octubre de 2011

Lo que la enfermedad nos roba

Estoy un poco de bajón los últimos días, siempre me pasa cada vez que vuelvo de casa de mis padres, pero esta vez me ha pegado un poco mas fuerte de lo normal.

Para poneros en antecedentes, en mi familia hemos tenido un caso de alzehimer (mi abuela, que ya murió) y otro de parkinson con demencia senil (mi padre). Siempre la peor parte, además de los enfermos, se la ha llevado mi madre, que ha sido quien ha llevado la carga principal de cuidarlos. Eso le ha pasado factura, y ahora vive deprimida, de hecho el único sentido que encuentra a su vida ahora mismo es cuidar de mi padre. No le importa que físicamente no esta en las mejores condiciones, no sale de casa, y los pocos momentos que tiene libres los pasa encerrada en casa viendo programas del corazón. Yo y todos mis hermanos hacemos lo que podemos, pero tenemos todos familias, y además, tres de cuatro vivimos fuera. Hemos intentado de todo, hablar con mi madre cada uno por separado, por parejas, todos a la vez. Pero no le convencemos de buscar ayuda, un centro de día, una residencia o pagar a alguien que le ayude en casa o lo que sea. Apenas tiene unas horillas semanales que vienen a quedarse con mi padre y ayudarle a levantarle, o que se quedan con el cuando va a hacer algún recado.

El caso es que mi hijo mayor ha empezado a preguntar que cuando salimos a dar una vuelta, porque no viene su abuelo y su abuela ... Y con su abuelo salimos, pero el caso es que casi nunca viene mi madre, no la convencemos. Y yo no se que decirle, porque no se me ocurre nada que un niño de tres años pueda entender. Además, mi madre lo corono diciendo cuando se estaba desahogando conmigo, que claro, no conoce a sus nietos y que a veces le da envidia que sus otros abuelos le pueden ver todos los días. Le conteste que la relación que puede tener con sus nietos es de otra manera, y acto seguido le dije que viniera con nosotros (los peques, mi marido y mi padre) a dar una vuelta. La respuesta fue la de siempre, no.

Se que la enfermedad me ha robado a los padres que conocí, pero yo al menos tengo los recuerdos de lo buenos padres que han sido. Mis hijos no saben los abuelos que se han perdido. Y eso es algo me duele, y mucho.

jueves, 13 de octubre de 2011

Mi chico

Un día, hace muuuucho tiempo, fui a comer a casa de un primo mio. No llevaba mucho tiempo por los madriles y apenas conocía a nadie. A mi primo le habían invitado a un cumpleaños, y pregunto al cumpleañero si podía llevarme. La contestación fue un socarrón "¿es chica?", y como lo era, dijo que la trajera.

Se dio el caso de que este chico celebraba su cumpleaños siempre en las fiestas del barrio, así que había mucha cerveza, muchos minis y digamos que yo bebí de todo y un poquito mas. Fue una de las pocas borracheras gordas que yo me he cogido (esto no lo leerán mis peques hasta que sean muy mayores y ya me hayan perdido el respeto) ... lo suficientemente grande como para acabar en vomitona. Si, me acabe liando con el cumpleañero, pero para los malpensados que estén leyendo esto me acuerdo de todo y fue después de que se me pasara la borrachera. Con el tiempo me entere de que mi primo se había apostado con mi chico que no nos liabamos, mas que nada porque me había visto pasar de muchos ... y porque eramos la noche y el día, a el le gustaba la juerga mas que un tonto un lápiz y yo era más bien casera.

Cuando acabamos, le di mi teléfono y le dije "no te prometo nada". No se como siguió conmigo porque sin pretenderlo le di el teléfono con un par de cifras bailadas, y acabo llamando a una pollería (que no, tampoco era la borrachera, simplemente siempre he pecado de ser un tanto desastre). Pero pasaron los días y seguimos juntos, me sentía genial con el, y poco a poco me fui enamorando ... llego el día que no me imaginaba seguir adelante y que el no estuviera en mi vida. Hoy hemos pasado buenos y malos momentos, y siempre ha sido un buen apoyo. Daba igual cual serio fuera el problema, siempre podía contar con el, y me hacia sentir que de todo se salia y que podía hacer cualquier cosa. Hoy en día es el padre de mis hijos,   y sigo sin poder imaginarme la vida sin el.

viernes, 7 de octubre de 2011

Cantajuegos: Conseguir las entradas

Nunca pensé que una actuación de los cantajuegos diera tanto de si, aunque que fuera gratuita me debió dar una pista. Cuando unas amigas me lo comentaron, pensamos que a nuestros peques les iba a encantar, así que quedamos para sacar las entradas.

Fuimos a por las entradas a un centro cultural de mi barrio, y las empezaban a dar a las seis. Como solo había 400 y iban a estar muy disputadas decidimos presentarnos allí a esperar a las 15:30. Así que recogí a mi niño grande del cole, y lo deje con su padre. Nos fuimos mi peque y yo, y cuando llegue al centro cultural no había una sola cola, pero si mucha gente pululando por allí. Así que me reuní con mis amigas y les pregunte que como iba el tema. Me contestaron que había una lista, y que ya me habían apuntado. Inocente de mi, dije, mira que bien organizados están, ven el peligro y organizan una lista ... pronto me sacaron del error, que va, la lista la había hecho los primeros que llegaron para poder sentarse un poco. Ahí se me empezó a encender la luz de alarma ... se va a liar, seguro. A todo esto, mi peque iba en el capazo, dormido como un bendito ...

Pasa el tiempo, ahí había cada vez mas gente y veo que se empieza a formar la cola. Así que nos pusimos en nuestro puesto según la lista, pero quedaba todavía hora y media larga para que empezaran a dar las entradas. Encima mi peque se empieza a despertar y a pedir su ración de teta, así que me aparte un poco, encontré un sitio donde sentarme y nos enganchamos ... pero claro, yo pensando como este no se duerma luego me veo el resto del tiempo que nos quede con el niño en brazos ... que guay. Pero no, mi peque se porto como un santo, y no se despertó hasta que volvimos a casa.

Y como no, ya empezaron a aparecer los listillos (sobre las cinco) que se enteran que hay una lista, y como ven que lo tienen crudo para conseguir una entrada, empiezan a decir que esa lista no vale para nada y a ver como pueden arreglárselas para colarse. Concretamente uno de ellos, con una cara de burro y unas bermudas que no tenían nada que envidiar a las bermudas que se llevaban en benidorm en los años sesenta ... vamos, un cuadro. Los organizadores, por fin deciden darse cuenta que se va a liar cuando se empieza a formar una segunda cola de descontentos y decidieron llamar a la policía.

A todo esto de repente empezamos a ver delante nuestro a otra con intenciones de colarse. Me dieron ganas de decirle, que si su intención era colarse, no era lo mas apropiado venir con un tinte rubio platino, zapatos de aguja que daban vértigo y un conjuntito que se lo debía haber metido a presión. Vamos, que se la veía a kilómetros. Al poco empiezan a dar las entradas, con la policía dando paso, y como no nos dio la gana que la tipa en cuestión se colara, empezamos a protestar y a decirle a la policía que esa tía acababa de aparecer. Claro, ella dijo que llevaba desde las cuatro allí, con lo que le preguntamos que como lo había hecho entonces para estar delante nuestro, que llevábamos desde las tres y media. El buen policía nos dijo que el estaba allí para que la sangre no llegara al río, y si para evitar peleas la tenia que dejar pasar, la dejaba pasar. Al final, conseguimos pasar delante de ella, y por fin nos dieron nuestras entradas. No se que paso con esa señora, pero el día de la función no la vi por ningún lado. Espero que no consiguiera las entradas.

Y guarde las entradas bajo llave, porque después de lo que nos costaron solo faltaba que se perdieran. Hace cuatro años me dicen que me meto en una de estas y digo que ni de coña ... lo que nos cambia la maternidad.

sábado, 1 de octubre de 2011

Mi lactancia

Desde luego no soy una experta en lactancia. Solo puedo hablar de mi experiencia en la lactancia de mis hijos.

En ambos casos, lo único que tuvieron en común fue que empezaron con una cesárea y muchas horas de separación entre yo y mis hijos. Tiempo suficiente para que les metieran como poco dos bibes.

Con el mayor, fue muy complicado. No se agarraba ni borracho, siempre le ponía un rato al pecho y algo mamaba, pero mas bien poco. Así que desde el principio cada toma era ponerle al pecho, luego darle un bibi y terminaba sacándome leche. Me acuerdo que me subió la leche, y como el peque no mamaba mucho se me pusieron los pechos como piedras. Cuando les comentaba a las abuelas, me decían que no, que eso no era subida. Pues va a ser que si lo era, y pedí un sacaleches para sacarme algo, y fue deprimente cuando me trajeron uno de plástico, con forma de pera y ya. Eso no saco na de na, y hasta que no llegue a casa no pude sacarme decentemente la leche. Mas tarde la pediatra nos dijo que tenia una pequeña malformación en la mandíbula, que no era importante pero que no le permitiría coger bien el pecho, y nos recomendó usar pezoneras. Fue bastante duro, y aguante tres meses. Ya al final, no sacaba casi nada con el sacaleches y deje que el niño se fuera destetando solo.

El pequeño, según olio la teta, se agarro y no la soltó. Pero aun así acababa dándole un poco de bibi, aunque cada vez menos. El único problema que tuve con el los primeros días fue que era un dormilón, y eso de despertarse cada tres o cuatro horas no iba con el, aunque se muriera de hambre. Un par de veces le tuvieron que despertar y darle bibi casi a la fuerza, porque estaba en el límite mínimo de glucosa en sangre. Poco a poco fue dejando los biberones, y ahora solo toma uno por las noches, y alguna noche esta empezando a prescindir de el, y cuando lo toma, apenas son 40 mililitros. La verdad, lo llevo muy bien, principalmente por dos motivos:

     1.- He perdido totalmente la verguenza, así que hago mi vida, y cuando pide busco un buen sitio y nos enganchamos. Le he dado en terrazas de bares, en el parque, en la piscina, en la sala de espera de la consulta del médico, en el coche (parado, por supuesto), en una cola (para conseguir entradas del cantajuegos, eso se merece entrada aparte) ... A esto ha ayudado bastante las camisetas de lactancia, que tampoco dejan mucho que ver. Hasta ahora nadie me ha dicho nada fuera de tono, y si lo hace, dependiendo de la situación, le mandare a freír espárragos con toda tranquilidad.

    2.- Por las noches empecé a darle el pecho tumbada, y mano de santo. Yo me aseguro que no se me cae por quedarme dormida, y si me duermo y el peque pide cambio de teta, ya me lo hará saber. Además lleva tres noches seguidas que no ha pedido en cinco y siete horas (la última porque le desperté, entre que ya estaba un poco preocupada y tenia que despertar y vestir al mayor para ir al cole).

De momento mi objetivo es abandonar poco a poco el bibi de la noche, aunque tampoco me preocupa excesivamente. Y sobre todo disfrutar de la lactancia, porque me encanta ver la carita de mi peque cuando se engancha y se pone a trabajar.