sábado, 1 de octubre de 2011

Mi lactancia

Desde luego no soy una experta en lactancia. Solo puedo hablar de mi experiencia en la lactancia de mis hijos.

En ambos casos, lo único que tuvieron en común fue que empezaron con una cesárea y muchas horas de separación entre yo y mis hijos. Tiempo suficiente para que les metieran como poco dos bibes.

Con el mayor, fue muy complicado. No se agarraba ni borracho, siempre le ponía un rato al pecho y algo mamaba, pero mas bien poco. Así que desde el principio cada toma era ponerle al pecho, luego darle un bibi y terminaba sacándome leche. Me acuerdo que me subió la leche, y como el peque no mamaba mucho se me pusieron los pechos como piedras. Cuando les comentaba a las abuelas, me decían que no, que eso no era subida. Pues va a ser que si lo era, y pedí un sacaleches para sacarme algo, y fue deprimente cuando me trajeron uno de plástico, con forma de pera y ya. Eso no saco na de na, y hasta que no llegue a casa no pude sacarme decentemente la leche. Mas tarde la pediatra nos dijo que tenia una pequeña malformación en la mandíbula, que no era importante pero que no le permitiría coger bien el pecho, y nos recomendó usar pezoneras. Fue bastante duro, y aguante tres meses. Ya al final, no sacaba casi nada con el sacaleches y deje que el niño se fuera destetando solo.

El pequeño, según olio la teta, se agarro y no la soltó. Pero aun así acababa dándole un poco de bibi, aunque cada vez menos. El único problema que tuve con el los primeros días fue que era un dormilón, y eso de despertarse cada tres o cuatro horas no iba con el, aunque se muriera de hambre. Un par de veces le tuvieron que despertar y darle bibi casi a la fuerza, porque estaba en el límite mínimo de glucosa en sangre. Poco a poco fue dejando los biberones, y ahora solo toma uno por las noches, y alguna noche esta empezando a prescindir de el, y cuando lo toma, apenas son 40 mililitros. La verdad, lo llevo muy bien, principalmente por dos motivos:

     1.- He perdido totalmente la verguenza, así que hago mi vida, y cuando pide busco un buen sitio y nos enganchamos. Le he dado en terrazas de bares, en el parque, en la piscina, en la sala de espera de la consulta del médico, en el coche (parado, por supuesto), en una cola (para conseguir entradas del cantajuegos, eso se merece entrada aparte) ... A esto ha ayudado bastante las camisetas de lactancia, que tampoco dejan mucho que ver. Hasta ahora nadie me ha dicho nada fuera de tono, y si lo hace, dependiendo de la situación, le mandare a freír espárragos con toda tranquilidad.

    2.- Por las noches empecé a darle el pecho tumbada, y mano de santo. Yo me aseguro que no se me cae por quedarme dormida, y si me duermo y el peque pide cambio de teta, ya me lo hará saber. Además lleva tres noches seguidas que no ha pedido en cinco y siete horas (la última porque le desperté, entre que ya estaba un poco preocupada y tenia que despertar y vestir al mayor para ir al cole).

De momento mi objetivo es abandonar poco a poco el bibi de la noche, aunque tampoco me preocupa excesivamente. Y sobre todo disfrutar de la lactancia, porque me encanta ver la carita de mi peque cuando se engancha y se pone a trabajar.

2 comentarios:

Silvia dijo...

¡Qué bien! Parece que no se te ha dado mal a pesar de que los inicios tras la cesárea no suelen ser demasiado halagüeños.

Yo tbn tuve cesárea y tbn tuve que recurrir a lactancia artificial durante los 6 primeros meses de vida porque no me subía la leche... Después tuve suerte de que el peque se agarrara bien y le pude retirar el biberón aunque tuve que recurrir de nuevo a él por problemas de alergia en mi hijo que me obligaron a dejar el pecho.

dembora dijo...

Mi gran miedo con ambos peques son las alérgias. Yo soy alérgica a un montón de cosas, y me da miedo que mis hijos lo hereden.

El mayor a dado señales de ser alérgico a algún conservante usado en embutidos (los que están en la piel) y algún tipo de polen. Aunque ninguna de las dos esta confirmada.