lunes, 17 de octubre de 2011

Lo que la enfermedad nos roba

Estoy un poco de bajón los últimos días, siempre me pasa cada vez que vuelvo de casa de mis padres, pero esta vez me ha pegado un poco mas fuerte de lo normal.

Para poneros en antecedentes, en mi familia hemos tenido un caso de alzehimer (mi abuela, que ya murió) y otro de parkinson con demencia senil (mi padre). Siempre la peor parte, además de los enfermos, se la ha llevado mi madre, que ha sido quien ha llevado la carga principal de cuidarlos. Eso le ha pasado factura, y ahora vive deprimida, de hecho el único sentido que encuentra a su vida ahora mismo es cuidar de mi padre. No le importa que físicamente no esta en las mejores condiciones, no sale de casa, y los pocos momentos que tiene libres los pasa encerrada en casa viendo programas del corazón. Yo y todos mis hermanos hacemos lo que podemos, pero tenemos todos familias, y además, tres de cuatro vivimos fuera. Hemos intentado de todo, hablar con mi madre cada uno por separado, por parejas, todos a la vez. Pero no le convencemos de buscar ayuda, un centro de día, una residencia o pagar a alguien que le ayude en casa o lo que sea. Apenas tiene unas horillas semanales que vienen a quedarse con mi padre y ayudarle a levantarle, o que se quedan con el cuando va a hacer algún recado.

El caso es que mi hijo mayor ha empezado a preguntar que cuando salimos a dar una vuelta, porque no viene su abuelo y su abuela ... Y con su abuelo salimos, pero el caso es que casi nunca viene mi madre, no la convencemos. Y yo no se que decirle, porque no se me ocurre nada que un niño de tres años pueda entender. Además, mi madre lo corono diciendo cuando se estaba desahogando conmigo, que claro, no conoce a sus nietos y que a veces le da envidia que sus otros abuelos le pueden ver todos los días. Le conteste que la relación que puede tener con sus nietos es de otra manera, y acto seguido le dije que viniera con nosotros (los peques, mi marido y mi padre) a dar una vuelta. La respuesta fue la de siempre, no.

Se que la enfermedad me ha robado a los padres que conocí, pero yo al menos tengo los recuerdos de lo buenos padres que han sido. Mis hijos no saben los abuelos que se han perdido. Y eso es algo me duele, y mucho.

2 comentarios:

Silvia dijo...

Jo, que pena me ha dado tu historia... Lo siento mucho cariño, debe ser durísimo todo lo que estais viviendo.
Sinceramente, no sé qué decirte. ¡Ojalá pudiera darte un consejo que te sirviera!
¿Por que no pruebas tú a hablar con un psicólogo para que te indique las pautas que tú y tus hermanos podeis seguir para ayudar a vuestra madre? Quizá os de unos patrones de conducta a seguir que os puedan ayudar a convencerla a salir del bache...
Mucho ánimo!

dembora dijo...

Ni el mejor psicologo puede hacer nada hasta que mi madre reconozca que tiene un problema ... pero gracias guapa ...