Desde que mi niño grande empezó a hablar he ido guardando sus grandes frases, para ir recopilandolos y echarme unas risas leyéndolas en el futuro. Ese es uno de los objetivos de este blog, ir guardando en el esos momentos, porque si, se olvidan y es una pena.
Cuando apenas tenia los dos años y medio, dando un paseo, quería una bolita (el desgraciado que invento esa máquina seguro que no tenia hijos) y le dijimos que no teníamos moneditas, que no podíamos dárselo. Pues ni corto ni perezoso le dijo a su padre, "papa, saca la carta y sacamos moneditas". Evidentemente la carta es como llama el a las tarjetas de crédito.
Normalmente mi hijo lloraba como un descosido en el médico, hasta el punto de que empezaba a llorar cuando cogíamos el camino a la consulta. Pero la última vez que le llevamos nos sorprendió a todos. Estaba con la garganta cogida, y le llevo mi marido. Le extraño que estaba completamente tranquilo, y cuando entro en la consulta del médico, de repente el mismo le empezó a contar al pediatra que estaba malito, que le dolía la garganta y que le tenia que mandar una medicina para ponerse bueno. Mi marido sin palabras (y para que, si ya lo había dicho todo el niño), el medico alucinando (lo normal es que tuviesemos que sujetar al niño para que le revisara). Le receto antibiótico y antipiréticos y para casa. No se si fue, que ultimamente nos lo llevábamos a mis revisiones en el gine porque la abuelita esta fastidiadilla y no le podíamos dejar con los abuelos. Pero alucinados nos dejo.
Otra va en relación con las medicinas, con apenas dos años y medio y después de haber estado malito. Todas las noches cuando le acostábamos se empeñaba en que estaba malito y que quería su "medicina", y na, que no se dormía. Hasta que se me ocurrió llenar la jeringuilla con agua del grifo y dársela. Cuando iba a hacerlo, me miro mi chico y me dijo "eso no cuela ni de coña". Pues coló .... luego me llamo manipuladora.
Uno de ellos fue unos 33 meses. Era la hora de acostarse, y le di un besito y un "te quiero, mi niño", el me contesto "también te quiero, mami". Me salio del alma, un "como me gustas que me digas eso". Pues el tío suspiró y dijo "ya lo se mama" ... con un tono de resignación. Yo no sabia si reirme o llorar, como dijo mi chico "con lo bien que le había quedado".
2 comentarios:
Hola Dembora! Me encanta como cuentas tus vivencias. Seguro que muchas madres se sienten reflejadas en tus posts! Te dejo mi blog para que te pasees y descubras como viajar con tus enanos! Un abrazo!
Gracias guapa, tu blog también me parece muy interesante ... me lo apunto
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