Mi hijo nació por cesárea, quizá una de esas innecesarias, siempre he tenido esa duda. En la semana 37 ya estaba con los monitores, y le calcularon 3800 g de peso y ni rastro de que yo me fuera a poner de parto. En la semana 38 la estimación de peso había subido a 4200 g, tambien se me veía muy verde, y el ginecólogo me dijo que me recomendaba cesárea. Ni siquiera me recomendaba la inducción, porque veía mas posibilidades de que todo acabará en cesárea de todas maneras. Quizá por miedo y falta de confianza, y por que siempre he confiado en los médicos acabe cediendo, sin mucha oposición. Mi hijo nació cuando cumplí las 39 semanas de embarazo. Nació a las 12 de la mañana y peso 4 kilos y midió 50,5 cm. Hoy en día aun me sigo preguntando si hubiese podido tener un parto natural.
Es una de las cosas en las que no me he sentido muy comprendida, todo mi entorno no entendía como me sentía, y sencillamente no lo comente. Tampoco me llego a afectar hasta el punto de entrar en una depresión, pero como digo, es una espina que tengo clavada. Además tuve la mala suerte que el útero no me subió adecuadamente, y estuve cinco horas separada de mi hijo.
Ahora en este embarazo, he cambiado de hospital para ir a uno público, en el que por lo menos me dan la posibilidad de tener un parto natural. Digo la posibilidad, porque aparte de la cesárea previa, posteriormente me operaron de una miomectomia, y eso hace que no me puedan inducir el parto. Así que o me pongo de parto de forma natural, o acabare en cesárea. Pero por lo menos en el publico me dan esa opción, en el privado ni siquiera se lo han planteado.
Ya contare que tal va, de momento el próximo martes tengo consulta con el ginecólogo del público.
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