Situación: Tras no dejarle ver solo los dibujos en la tele de nuestra habitación, le obligo a ir al salón para ver lo mismo todos juntos. Berrinche del quince, no quiere ir a cenar y se va a la cama. Por mucho que le digo no quiere cenar.
Correcaminos: No voy a cenar y voy a morir de hambre.
Yo: Cariño, puedes ir a cenar cuando quieras, pero nadie se ha muerto por no cenar una noche.
C: Pues si me tratais asi de mal me voy a ir a casa de otra familia.
Yo: Pues nos pondremos muy tristes, pero si quieres te bajo la maleta. ¿A donde vas a ir?
C: (cara de "y ahora que digo"), me ire con unos perritos, con mis juguetes, debajo de un puente.
Yo: Pero, los perritos no te hacen la compra, ni la comida, esta oscuro y te pueden quitar tus cosas.
C: pues dejare aqui mis cosas y las echare mucho de menos. (gimoteo).
Yo: bueno, cariño, mañana seguimos hablando. Ahora a dormir.
Al rato oigo a Correcaminos gimotear "Almohadita nadie me quiere, solo me quieres tu". Claro, le dije que eso no era cierto, que le queriamos muchisimo.
Menuda adolescencia me espera . . .